En las relaciones de pareja, como en la vida, se cumple lo de “renovarse o morir”, y es que en la aventura del amor y el sexo hay que reciclarse en materia de seducción, si se quiere mantener la tan anhelada llama del deseo.
En otros artículos os hemos recordado la fuerza que tienen los sentidos en la conquista: esencias, especias y alimentos afrodisíacos para regalar e incentivar la sexualidad. Con ese mismo objetivo, queremos presentaros hoy uno de los recursos con mayor poder de atracción: el lenguaje del cuerpo en formato de striptease (del inglés strip: desnudarse y tease :excitar sexualmente)
Cuando muchos escuchan esta última palabra, rápidamente se echan para atrás, pues lo asocian a bailarines de despedidas de solteros o programas de televisión. Pero en realidad es un medio de expresar sensualidad, apto para todo tipo de personas, cuyo único requisito indispensable para llevarlo a cabo es sentirse desinhibido y libre de tabues.
Existen muchos prejuicios al respecto, que hacen que muchas parejas se priven de la posibilidad de disfrutar mutuamente de la erótica del movimiento. Hay quien erróneamente piensa que es “cosa de mujeres”, cuando está más que demostrado que es algo que, igual que la lencería sexy, no entiende de géneros. Otros creen que sólo puede ser practicado por cuerpos con una estética de modelo, sin embargo es más bien una cuestión de actitud, de sentirse cómodo con el propio cuerpo, y por supuesto con el compañero.
Son muchas las parejas que con el transcurso de los años de convivencia reducen su sexualidad a la ley del mínimo esfuerzo, a un coito fugaz que se inicia en la cama con pijama puesto, olvidándose de la riqueza que el desnudarse gradual y rítmicamente puede aportar a los juegos preeliminares.
Si se libera la mente de vetos y miedos, y se busca un momento de íntima atracción para deleitarse, todo el mundo puede protagonizar un striptease casero con su amante. La idea clave es bailar despojándose lentamente del vestuario, como preludio de otros juegos sexuales, o simplemente para disfrutar del acto en sí. Obviamente no hace falta ser stripper profesional para atreverse a hacerlo, aunque es lógico pensar que cuanto más se practique más desinhibición y creatividad se irán poniendo en este arte de seducción.
A continuación, te invitamos a que tomes nota de algunas recomendaciones que pueden ayudarte en estas labores, sobre todo si no tienes experiencia en el tema:
· Lo primero es crear ambiente. Ya que vas a ser el foco de observación durante unos minutos, rodearte de elementos que propicien una atmósfera de intimidad te facilitará el sentirte relajado y coherente con el contexto. Si haces lo mismo en la cocina, con el delantal y los calcetines, no dudes de que os reiréis, pero llamar a ese instante “sexy” es más que cuestionable. Para ello, puedes bajar la intensidad de las luces, encender velas, y cuidar los olores de la habitación con incienso o esencias.
Busca una música que os guste a los dos, en este sentido es cuestión de gustos (rápida y apasionada, o lenta y sensual). Las baladas roqueras suelen ser idóneas, ya que permiten combinar gestos leves insinuantes con cambios bruscos en el ritmo, que puedes reservar para desabrochar la ropa con energía. Lo más importante es que la canción dure el tiempo suficiente (cuatro o cinco minutos) para abrir boca y desprenderte de la vestimenta. Si quieres que se asocie rápido a un striptease, acertarás con las míticas bandas sonoras de las películas “Full Monty” o “Nueve semanas y media”.
Esta bien que antes te prepares el baile, pero no lo conviertas en un espectáculo profesional que acabe por bloquearte o dejar escapar tus nervios. Recuerda que es algo para divertiros, un toque de improvisación se agradecerá y creará un clima más distendido.
Por dentro, además de usar tu perfume preferido, puedes aplicarte crema con brillos o purpurina en algunas zonas en especial. Por fuera, has de elegir con esmero el vestuario, no tanto por lo que lleves en sí, sino por el efecto sugerente que puedes crear al desvestirte. Procura seleccionar prendas de vestir que se presten a agitarse, deslizarse por el cuerpo o dejen traslucir la piel.
Si eres hombre puedes probar con un sencillo traje. Lo esencial es que el desnudo sea progresivo, con lo cual tener varias capas de ropa es importante (camisa, camiseta, calzoncillos boxer, y si quieres tanga). El cinturón y la corbata pueden servirte para hacer más sensual el baile, zapatos sin cordones te ayudarán a descalzarte sin problemas y de los calcetines es mejor prescindir.
Si eres mujer elige faldas que se desabrochen ágilmente, y no te olvides de llevar body, liguero, medias y tanga.
Para ambos sexos lo fundamental es entretenerse mucho con cada prenda, mirando a los ojos a la pareja en el momento de tocar cada botón, corchete o cremallera, creando así mayor expectación, y después desabrochar según la música, o bien de forma lenta e insinuante, o de manera enérgica. También puedes invitar a tu compañer@ a ser más activo, dejando que te quite alguna prenda mientras sigues bailando. No hay normas fijadas de antemano, cada cual se desviste cómo y cuánto quiere, integral o semidesnudo, todo es válido mientras los dos se encuentren a gusto.
Gran parte del éxito del striptease reside en el lenguaje del cuerpo: las miradas, los movimientos de seducción, etc. Por eso, es interesante que juegues con las distancias (aproximarte y alejarte alternativamente). Elige una postura para finalizar: sobre la cama, sentado sobre él/ella, con un beso, etc
